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Diferencias fundamentales entre el Motor Marino y el Motor de Automóvil.

 

Inicio / Motor Marino Vs. Motor de Automóvil

¿ Porqué no puedo instalar un motor de automóvil en mi barco ?

Quizás ésta sea la pregunta más frecuentemente formulada: “¿porqué no debe, o no puede hacerse?”


Básicamente, los motores instalados en los Automóviles son más sencillos y baratos que los motores marinos porque no tienen tanta potencia, y también porque no necesitan estar preparados para resistir unas condiciones de trabajo tan duras como en las que trabajan normalmente los motores marinos.


Los motores de automóvil no tienen que trabajar tan duro, ni resistir la constante corrosión microscópica que produce el vapor de agua y la sal contenida en el aire que aspiran, ni tampoco otros inconvenientes habituales del ambiente marino. Los motores marinos han sido diseñados para trabajar normalmente en un compartimento cerrado, sin ninguna refrigeración complementaria sobre su carcasa externa. En los motores de automóvil, el ventilador, además de enfriar el radiador, también envía aire fresco hacia el motor, refrigerándolo por la parte externa de su carcasa. Por este motivo, los conductos internos por donde pasa el fluido de refrigeración, deben ser de mayor diámetro en los motores marinos. El enfriador de aceite y la bomba de aceite deben ser también de mayor capacidad, y el aceite de mayor calidad, ya que normalmente trabajarán a temperaturas mucho más altas que cualquier motor de automóvil similar. En los motores marinos deben emplearse ciertos tipos de componentes muy concretos, fabricados con materiales más resistentes a la dilatación, como por ejemplo, de entre otros, las válvulas y balancines. Un motor de automóvil, obviamente no necesita estar preparado para resistir tales condiciones de trabajo, y por este motivo es que se construyen con materiales más sencillos, y también más baratos.


Aparte de estas consideraciones técnicas básicas, también hay una diferencia importante en cuanto a la forma de "entrega de potencia" o rendimientos, que deberá cubrir un motor de barco, o uno de automóvil:


En el automóvil, el motor deberá aportar un nivel de potencia relativamente bajo durante la arrancada, y conforme el coche aumente su velocidad, su entrega de potencia deberá ser cada vez mayor para vencer la resistencia del aire y el aumento de masa provocado por el aire sobre la carrocería, ya que, por su diseño, el aire aumentará la presión sobre las ruedas (como si pesara más), aumentando el agarre y asegurando la maniobrabilidad ante cualquier situación pero obligando al motor a trabajar más en "altas". En cualquier automóvil medio, a partir de aproximadamente unos 70 u 80 Km/hora, el rozamiento con el aire aumentará exponencialmente, y ello implicará disponer de un suministro de potencia cada vez mayor para aumentar la velocidad, o mantenerla, por ejemplo, durante una pendiente prolongada.


En una embarcación (por ejemplo con casco de planeo), el motor deberá aportar su potencia máxima durante la arrancada, para alcanzar cuanto antes la "velocidad de planeo". Conforme la embarcación (ya en planeo) aumente su velocidad, por el diseño del casco, el agua sustentará mejor la embarcación, “sacándola” cada vez más "fuera del agua", y reduciendo progresivamente la superficie de rozamiento en contacto con el agua. En esos momentos, el rozamiento de la cubierta con el aire lógicamente también aumentará, pero normalmente dentro de unos valores relativamente bajos, ya que las velocidades medias de los barcos se sitúan normalmente muy por debajo de los 70 u 80 Km/hora.


Para adecuar el suministro de potencia de los motores a las distintas necesidades específicas que se necesitan en cada caso, cada tipo de motor equipa un árbol de levas específicamente diseñado para adecuar el par y el suministro de potencia del motor, justo al nivel que se precisará. Por este motivo, un mismo motor, pero del tipo “automóvil” no funcionaría bien en un barco a causa de la dificultad que tendría para conseguir que la embarcación planeara. Igualmente, un motor de barco tampoco funcionaría bien en un automóvil, a partir de una cierta velocidad. En ambos supuestos, aparte del rendimiento inadecuado, otra consecuencia sería un nivel de consumo de carburante enorme. Resumiendo: un coche necesitará más potencia cuando más rápido vaya, y en un barco, es justo a la inversa.


Por el tipo de necesidades a cubrir, a causa del sobre-esfuerzo durante la arrancada y también durante el remonte constante de las olas que se produce durante la navegación, y para reducir en todo lo posible el riesgo de averías y desgastes prematuros, el motor marino incorpora de origen piezas y engranajes de mayor resistencia a la corrosión y al sobreesfuerzo. La cadena de distribución, por ejemplo, es de acero de doble rodillo, las culatas son reforzadas, su sistema de refrigeración es más potente, y todo ello es  imprescindible para que el motor marino pueda resistir y sobrevivir a las altas temperaturas y al esfuerzo  constante de las sobrecargas habituales a las que se verá sometido durante su normal funcionamiento, y también a los efectos de semanas enteras de inactividad, inmerso en un constante ambiente húmedo... Por todo ello, es evidente que un motor de automóvil no duraría mucho tiempo en una embarcación.


Sin embargo, la razón de mayor peso para no instalar un motor de automóvil en una embarcación, no es ninguna de las comentadas, aunque en cierta manera, se derive de ellas: Se trata de la SEGURIDAD.


Navegar a través de un lago, tirando de un esquiador, sería parecido a pretender arrastrar con el coche un remolque cargado, en una cuesta. Sin embargo, en el mar, todo es más complicado a causa de las olas, corrientes, vientos… Para entender las condiciones de trabajo que habitualmente deberá superar el motor marino, bastaría con imaginar arrancar el coche tirando del remolque cargado, en una empinada cuesta, en "segunda", varias veces. No hay que ser un gran experto para adivinar que, en esas condiciones, el motor nos iba a durar muy poco tiempo. El mayor problema es que, las consecuencias de una avería de motor en alta mar, siempre son impredecibles e incalculables, pues un barco quedará a la deriva, lo cual es muy distinto a una avería en el caso de un automóvil, por ejemplo, en la cuneta, esperando a la grúa...


Es necesario que nuestra embarcación cuente con una máquina lo más adecuada posible, prevista y diseñada para resistir bien los más duros esfuerzos y contratiempos a los que normalmente tendrá que enfrentarse, tanto desde el aspecto económico, técnico, o de fiabilidad, como también de la seguridad personal. De esta manera, reduciremos drásticamente los riesgos lógicos que implicaría llevar un motor inadecuado y sometido a un constante sobreesfuerzo, durante la navegación.


Ahora ya sabe por qué las embarcaciones, y también los navegantes, necesitan de los motores marinos para navegar!

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