Conozca las posibilidades de esta nueva modalidad de suministro "a medida"
Inicio / ¿Cambiar el Motor?
El concepto "Barco viejo", no existe.
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La posibilidad de cambiar nuestro viejo motor por otro nuevo, no es ninguna idea novedosa, ni mucho menos original. Cuando los años de uso empiezan a hacerse notar sobre nuestra querida maquinaria de impulsión, los rendimientos se reducen, los consumos aumentan, y el temor de una avería aparece en el horizonte... probablemente lo primero en que piense todo navegante sea en "cambiar el motor"...
Antaño, el elevado coste económico que todo ello implicaba era el principal obstáculo al que había que enfrentarse, además de las dificultades habituales para conseguir el motor nuevo de repuesto, y encontrar a alguien con conocimientos suficientes para instalarlo. Lo del elevado coste obedecía a que lo "habitual" era decantarse hacia la sustitución por completo del motor o propulsor, a fin de evitar problemas, ya que sobre cada tipología de máquina existían tantas versiones y variantes distintas, que realmente era casi imposible conseguir "acertar" (distintas formas y situación de los soportes, otro esquema de taladors, distintos tipos de rosca, etc.)., y las complicaciones y problemas durante la instalación podían ser enormes... Aunque ello no se "descubría" hasta que ya teníamos comprado el nuevo motor, y se intentaba su montaje...
Algunos, "para ahorrar", a veces optaban por la "alternativa menos mala" de intentar encontrar un motor del mismo tipo, entero, usado o reparado, y probar suerte. Con rotundidad, pretender "reparar" de forma unitaria y puntual un motor viejo, nunca ha sido una alternativa rentable, ni tampoco fiable a causa del elevado precio de los recambios, coste de mano de obra, y por el habitualmente escaso nivel de especialización que suele haber sobre este tipo de máquinas. Reparar completa y correctamente un motor viejo, al final, siempre sale mucho más caro que pretender comprar uno nuevo y completo, y si no se hace bien, siempre seguirá habiendo partes que continuarán siendo "viejas", susceptibles de futuros fallos.
Al final, lo más sencillo, barato y fiable siempre era acudir a cualquier empresa más o menos conocida del sector (o la más "cercana"), y cambiar "por entero" todo el sistema de propulsión por otro nuevo, obviamente asumiendo los enormes y tradicionalmente prohibitivos costes que ello implicaba. Desde un punto de vista técnico, la opción de "cambiarlo todo" ante la aparición de cualquier problema puntual, cuando todo lo demás se hallaba en perfecto estado, probablemente fuera tan acertada como lo de "cambiar el barco" tras agotar el primer depósito de combustible... pero lo cierto es que, en esos momentos, esa era prácticamente la única opción mínimamente fiable.
En la actualidad, afortunadamente, lo que "más se hace" cuando surge un problema puntual, pero el resto del propulsor se halla en buen estado, simplemente es cambiar lo dañado, si es posible por algo mejor, y seguir disfrutando. En caso de sufrir una "avería grave de motor" de este tipo, lo más sencillo es disponer de un motor de recambio adecuado, con el nivel justo de montaje que se precise, y simplemente cambiar el viejo motor por el nuevo. Lo habitual, lógicamente, suele ser "aprovechar" la situación para instalar "algo mejor", o más moderno, y así beneficiarse de un rendimiento superior.
No obstante, el problema de "acertar" con el motor de recambio sigue ahí, y ello puede convertirse en un problema complejo si no se tiene en cuenta previamente, pues, llanamente, no siempre será posible, por ejemplo, instalar una Base de Motor moderna "del mismo tipo", sobre un propulsor antiguo, ya que probablemente la configuración de ambos será muy distinta. La posibilidad de poder adquirir un motor nuevo, normalmente mucho más moderno, con un nivel de prestaciones superiores, y a buen precio, está muy bien, pero hay que saber "cual" es la versión, variante, o configuración que necesitamos.
Afortunadamente, con unos pocos datos fácilmente localizables, IntermarineX dispone de los medios y recursos suficientes para suministrar el tipo de motor con la configuración exacta que se necesita, igual o más moderno, pero compatible y/o correctamente configurado para llevar a cabo su instalación sin sorpresas, y sin que nadie tenga que asumir los riesgos o incertidumbres de antaño, y por supuesto su sobre-coste. Ahora, el usuario no tan sólo puede comprar un motor nuevo "a medida", con unos costes también "a medida", sino hasta incluso elegir sobre diversas opciones, potencias, mejoras... Nosotros nos ocupamos de verificar que el motor suministrado sea totalmente compatible y adaptado al equipo original, evitándose cualquier tipo de problema durante la instalación, y/o también su uso habitual.
Equipos nuevos estándar, mejorados, remanufacturados, y en cualquier caso "a medida", procedentes de los mismos fabricantes originales y/o empresas colaboradoras altamente especializadas, permitirán al usuario poder seguir disfrutando de su querido barco, infinitamente, o incluso mejorarlo. Para seguir navegando con seguridad, y sin por ello asumir costes desmesurados, ya no es necesario "arriesgarse" a comprar máquinas usadas de incierta procedencia. Ahora ya podemos estrenar un motor "a medida", probablemente superior al original, pero por un precio totalmente asequible, y con unos costes de mano de obra muy contenidos, al tratarse de un motor "a medida", totalmente compatible al viejo.
La tradicional incertidumbre al comprar un barco usado, por aquello de "cómo estarán los motores...", y el "problemón" que se nos venía encima si nos fallaran, ya no existe. Todo lo relacionado con el motor ha dejado ya de ser un problema. Ahora, por muy poco dinero, ya sabemos que podremos seguir navegando, no igual, sino probablemente en mejores condiciones, llegado el momento.
Cambiar del barco sólo lo que haya que cambiar, y seguir navegando en las mejores condiciones. Sin riesgos extraños. Sin "jugársela", y por supuesto, con la absoluta tranquilidad que aporta saber que llevamos una máquina nueva, o incluso mejor aun que cuando era nueva. Y si cambiamos de barco, que sea porque se nos ha quedado pequeño, o porque nos apetece otro modelo. Así de simple.